Por ataques naturales y espirituales, que han dejado a muchos muertos y heridos en el campo de batalla, es la importancia de conocer y sanar esas heridas del alma. Todos hemos estado expuestos a estos ataques y hemos sido afectados de una forma u otra.
El azote contra el cuerpo de Cristo
¡El cuerpo humano de Cristo fue azotado hace 2,000 años atrás y el Cuerpo espiritual de Cristo está siendo azotado aun hoy!
Romanos 12:5 - Nosotros somos las diversas partes de un solo cuerpo y nos pertenecemos unos a otros.
1 Corintios 12:27 - Todos ustedes en conjunto son el cuerpo de Cristo, y cada uno de ustedes es parte de ese cuerpo.
A veces se nos olvida que el cuerpo de Cristo es un conjunto. No por partes individuales, sino que todos somos uno. Una sola esposa que espera el regreso de su amado.
Nos atacamos a nosotros mismos con calumnia, el rechazo y el desprecio que se manifiestan e hieren físicamente, hay ataques como la falta de amor, la envidia y los celos que afectan las emociones y los sentimientos y llegan a tocar al espíritu.
Estos ataques son progresivos y van adentrándose en nosotros a veces sin siquiera darnos cuenta.
Muchas veces cuando comienzan los efectos devastadores de estos ataques, es que nos damos cuenta de nuestra condición.
Los deseos de orar menguan, el amor por los demás se enfría, nuestra relación con Dios comienza a ser afectada y cuando esto sucede, todas las áreas de nuestra vida comienzan a ser afectadas también.
Esto no sucede de la noche a la mañana, sucede gradualmente según nosotros mismos lo permitimos, consciente o inconscientemente. A esto es que nos referimos cuando hemos dicho que: “Ser parte de un núcleo enfermo, te enferma”
¿Cómo podemos sanar esas heridas del alma?
Entender bien, asimilar y aplicar lo que dice el Apóstol Pablo a los Corintios es la receta para la liberación y para la sanidad del alma, lo emocional, y hasta física.
1 Corintios 13:4-10 - "El amor es paciente y bondadoso. El amor no es celoso ni fanfarrón ni orgulloso ni ofensivo. No exige que las cosas se hagan a su manera. No se irrita ni lleva un registro de las ofensas recibidas. No se alegra de la injusticia sino que se alegra cuando la verdad triunfa. El amor nunca se da por vencido, jamás pierde la fe, siempre tiene esperanzas y se mantiene firme en toda circunstancia.
La profecía, el hablar en idiomas desconocidos, y el conocimiento especial se volverán inútiles. ¡Pero el amor durará para siempre! Ahora nuestro conocimiento es parcial e incompleto, ¡y aun el don de profecía revela solo una parte de todo el panorama! Sin embargo, cuando llegue el tiempo de la perfección, esas cosas parciales se volverán inútiles."
Pablo posiciona el amor por encima de cualquier profesia, misterios, y toda ciencia. Muchas de las cualidades que hoy le damos mucha estima.
¿Cuándo vendrá lo perfecto? ¿Cuándo nos muramos, cuando seamos arrebatados?
Vendrá cuando seamos completos, cuando entendamos lo que significa estar muertos al pecado, cuando nuestra obediencia y dependencia sea total, cuando vivamos en el espíritu.
Ese es el primer nivel de perfección, el que Dios requiere, el que te introduce en la verdadera santidad, la santidad consiente, completa, perfecta. La santidad es un estado no solo una acción. Tu no dices:
“Hoy voy a ser santo, hoy me voy a vestir de esta forma, hoy voy a hablar de esta forma, hoy voy a actuar de esta manera. La santidad es un estado no una acción, se vive en total santidad o se vive en la carne, se vive de manera espiritual o se vive de manera natural, solo hay dos formas, o eres frio o eres caliente, no hay más, porque Dios rechaza la tibieza espiritual."
¿Qué significa perfección?
La palabra perfección del hebreo “Male o Mala” es mencionada 251 veces en el Antiguo Testamento, 251 ocasiones es suficiente para entender lo que Dios realmente quiere con ella. Dios la aplica al ser humano como completo, lleno en su totalidad, confirmado o aprobado, firme en su consagración.
La perfección espiritual es posible y se llama Vida en el Espíritu, la perfección natural, no, porque la carne nunca podrá deshacerse totalmente de las pasiones y las contaminaciones.
El Apóstol Pablo utiliza la palabra perfección para referirse a:
- Cuando seamos completos en Él
- Cuando permitamos y entendamos su poder en nosotros
- Cuando entendamos su obra
- Cuando alcancemos la aprobación divina
- Cuando seamos confirmados
Cuando podamos entender todas estas cosas, entonces podemos vivir en el amor que se describe en 1 Corintios 13. Ese amor no es un amor natural, es un amor espiritual, una obra que solo Dios puede hacer en nosotros internamente y que se manifiesta externamente.
Por esta razón no es tan fácil amar como lo define el Apóstol Pablo a los Corintios, muchos hablamos, ensenamos y predicamos de este amor, pero muy pocos lo conocen y lo viven realmente.
Las heridas naturales y espirituales dentro de la Iglesia de Cristo suceden cuando nosotros mismos como creyentes no sabemos amar como la Biblia nos dice que tenemos que amar.
La gracia de Dios hizo posible todo este crecimiento. Él nos ofrece la motivación y la capacidad para avanzar (Filipenses 2:13). Él provee todo lo que queremos para la vida en la piedad (2 Pedro 1:3). Y Él garantiza que nunca nos abandonará (Hebreos 13:5). Podemos estar seguros de que Él está a nuestro lado en todo momento a medida que maduramos en Cristo.
Esto es un proceso progresivo que si no se detiene, puede causar la muerte espiritual tanto del que hiere como del herido.
Los tres pasos a seguir para la sanidad interior
Los pasos a seguir son más personales que espirituales. Los pasos son el rechazar las influencias negativas, combatir los efectos, y corrigir los comportamientos.
Al rechazar las influencias negativas estás transcendiendo a un nivel de pensamiento más maduro. Alguien siempre tendrá una opinión acerca de lo ocurrido. Después que lo hayas hecho con un corazón sincero y con los motivos correctos, la opinión de otros es como el ombligo, todos tienen uno.
Las opiniones de otros tienen la tendencia de levantar o destruir nuestras emociones. Le prestamos más validez al juicio natural que el Espiritual. Debes de minimizar los efectos de la negatividad en tu vida. No sea que causes un ciclo de destrucción. Donde lo que te hagan a ti, lo impones a otro.
Al corregir los comportamientos y los modelamos, no solo cambiamos nuestra forma de pensar, sino la forma en que vivimos. Los que te rodean aprenderán los comportamientos correctos y los modelarán.
En cada nivel y en cada etapa hay acciones que detienen losefectos o permiten que continúen, aumenten y hasta se propaguen.
Cuanto antes se le presta atención al problema, más sencillo es corregirlo, la palabra de Dios nos hace listas de los frutos de la carne y los frutos del espíritu, el mismo libro de 1 de Corintios 13 nos muestra cómo debe estar la condición de nuestro corazón saludable.
2 de Timoteo nos habla del carácter de los hombres en los postreros días. Cuando conocemos las señales, podemos identificar el problema y corregir el daño.
Sin sanidad interior no podrá haber crecimiento saludable, sin crecimiento saludable no habrá madurez espiritual.
Adaptado de una prédica por el Apóstol Juan C. Vargas
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