Aprendiendo a Administrar el Dolor

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una pareja recien cazadas caminando juntos adentro de un edificio

Hay muchos sermones que hablan sobre cómo administrar nuestro dinero, tiempo y relaciones, pero no muchos hablan sobre el dolor.

¿Cómo administramos el dolor?

El ícono de la fe cristiana es una cruz. Jesús dice “lleva tu cruz y sígueme” (Mateo 16: 24-26) y la gente tiende a creer que el ícono de nuestra creencia debe ser una muerte lenta, agonizante y dolorosa.

En los tiempos de la Biblia, no tenían un collar con una cruz como señal de esperanza, la cruz daba terror. La cruz era usada para castigar lentamente a alguien hasta su muerte. Tener una cruz como un collar es como si alguien en la década de 1900 llevara un collar con una silla eléctrica.

¿Cómo manejamos el dolor que Dios está usando para hacernos fructíferos? Tendemos a pedirle a Dios que reprenda el dolor en el nombre de Jesús, pero ¿y si Él está usando ese dolor para algo mayor? Tratamos de comprender el dolor cuando no tiene sentido del por qué estamos en él. Necesitamos abrazar el dolor. Porque tendrá sentido una vez que termine, entenderemos por qué detrás del dolor.

El propósito y el dolor están conectados. Hay muchas escrituras que lo prueban, y un ejemplo es José. Cuando fue traicionado por sus hermanos, esa situación fue el comienzo de su destino. Experimentó dolor. El dolor de José tampoco fue temporero, fue uno de muchos años en una tierra lejana. Jesús experimentó dolor en la cruz, porque era el final de su propósito en la tierra.

¿A dónde voy con esto? Cuando seguimos a Jesús experimentaremos dolor. Hay mucha gente predicando que “es tu temporada” y lo que harás durante tu temporada y todas las bendiciones que recibirás. Pero ¿y si no lo es?

¿Qué vas a hacer en ese momento? La gente habla de cuando Dios cerró la boca del león cuando Daniel estaba en el foso de los leones, pero no hablan del momento en que fue arrojado allí. No sabemos los pensamientos que Daniel tenía en esos momentos.

En nuestro caso, necesitamos recordar que nuestros pensamientos no son hechos. No creas todo lo que piensas o sientes, porque el corazón engaña en todas las cosas (Jeremías 17:9-10). Necesitamos recordar que el dolor es necesario para crecer, para una iniciación del crecimiento. Encontramos distracciones para evitar el dolor. También hacemos todo lo posible para evitar el dolor.

un librata con una lista

Peticiones Incorrectas

Aveces le pedimos a Dios que nos quite el dolor. Pero su respuesta es “mi gracia es suficiente”. (2 Corintios 12:9) Como un dolor de una costilla rota, no puedes verlo pero lo sientes cada vez que respiras, y cada vez que respiras es un recordatorio de que el dolor todavía está ahí y no se ha ido.

Parece muy fácil seguir a Jesús, pero nadie ve la angustia detrás de todo. No es fácil, pero es una elección diaria seguirlo. Sigo a Cristo sabiendo lo que va a pasar, no le agradaré a la gente, me rechazarán, me insultarán, etc.. Pero Jesús nos dice que si el mundo nos aborreció, recordemos que a Él le aborrecieron primero (Juan 15:18).

No se habla lo suficiente de las dificultades de elegir seguir a Cristo, por lo que la gente lo confunde con algo fácil. Ven nuestros frutos, el resultado de nuestro proceso y vida renovada, y dicen “Dios, quiero tu voluntad, no la mía” sin tener la sabiduría de lo que va a suceder. Porque en el momento en que te das cuenta de que tu vida está dando un giro de 180 grados, comienzas a quejarte y a preguntar por qué esa persona de alejó de tu vida, o por qué sientes que las cosas cambian de una manera que no quieres.

Tú mismo declaraste que quiere Su voluntad, por eso va a suceder. No se dice solo por la emoción, se dice porque queremos Su propósito en nosotros, y si eres tú quien pierde a esa persona, o corta esos hábitos poco saludables, entonces Dios te lo va a quitar porque dijiste que quieres Su voluntad y no la tuya.

¿Qué pasa con el dolor de aceptar dejar lo que en el momento amas hacer? Esas adicciones, esos hábitos, una vez que te das cuenta de que son malos, ¿por qué duele tanto dejarlos ir? Recuerden que Dios nunca dijo que iba a ser fácil. No podemos amar la obediencia y amar la rebelión. No podemos amar el frío y el calor al mismo tiempo. No podemos beber de la copa de Dios y del mundo al mismo tiempo (1 Corintios 10:21) porque eso es tibio y Dios te escupirá. (Apocalipsis 3:16-18).

¿Por qué le ocultas ese dolor a Dios sabiendo muy bien que Él es Omnipresente? Él conoce tu sufrimiento. ¿Por qué te escondes? Simplemente ríndete, estás llevando una carga que no estás destinado a llevar. Estás usando el pacificador incorrecto. Con una nueva vida en Cristo Jesús podrás amar lo que Dios ama. Dios te diseño y sabe lo mejor que te conviene para que puedas entrelazar una vida con El. ¿Por qué seguir rechazando Su voluntad en ti?

Lleva cautivo tu dolor, date cuenta de lo que te duele y entrégaselo a Dios. Entrégalo todo a los pies de Jesús, porque Él nos revestirá de justicia (Isaías 61:10) y te sostendrá con Su diestra (Isaías 41:13). Aprenda a administrar su dolor y deje que ese dolor florezca con gracia y con un propósito.



Sobre la Autora
Sareth es una jóven apacionada con Dios. Pertenece al grupo de jóvenes #impact y el grupo de danza de la iglesia Casa de Adoración, Cleveland, OH. Su versiculo favorito es Filipenses 4:7.