Como Se Ve Una Vida en el Espíritu

Resultados importantes y la confirmación en la Palabra de Dios de como se debiera ver una vida llena del Espíritu Santo:

1. El primer fruto es, esperar ver manifestado los 9 componentes o características del Espíritu Santo que están en Gálatas 5:22-23: “Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza.” ¡TODA persona que ha recibido la plenitud del Espíritu Santo manifestara esas características! Y las manifestara no como resultado de un esfuerzo o para desempeñar bien una obra, sino simplemente porque el Espíritu Santo controla su vida.


2. Tendrá un corazón gozoso y agradecido y un espíritu sumiso. Efesios 5:18-21 “No os embriaguéis con vino, en lo cual hay disolución; antes bien sed llenos del Espíritu, hablando entre vosotros con salmos, con himnos y cánticos espirituales, cantando y alabando al Señor en vuestros corazones; dando siempre gracias por todo al Dios y Padre, en el nombre de nuestro Señor Jesucristo. Someteos unos a otros en el temor de Dios”. *Ezequiel 36:26: “Os daré corazón nuevo, y pondré espíritu nuevo dentro de vosotros; y quitaré de vuestra carne el corazón de piedra, y os daré un corazón de carne” Un corazón canoro, agradecido y un corazón sumiso, independiente de las circunstancias, por lo general no son cualidades de la naturaleza humana, por lo cual solamente podemos apropiárnosla si contamos con la plenitud del Espíritu Santo. Solo el Espíritu de Dios es capaz de cambiar un corazón triste a uno que canta y alaba a Dios, transformar un espíritu rebelde aumentando su fe a tal grado que pueda entender que la mejor vida es la subordinada (dependiente y sometida) a la voluntad de Dios.


3. El Espíritu Santo nos da poder para ser testigos. Hechos 1:8: “…pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra.” A pesar de que los discípulos habían acompañado a Jesús por espacio de 3 años y habían escuchado todos sus mensajes más eran los mejores testigos entrenados que tenía, les dio instrucciones “que no se fueran de Jerusalén, sino que esperasen la promesa del Padre.” Es obvio que todo su adiestramiento resultaba insuficiente para rendir frutos por si mismos, sin el poder del Espíritu Santo. Una vez llenos del Espíritu Santo testificaron en su poder y fueron salvadas tres mil personas. También nosotros una vez llenos del Espíritu Santo podemos tener el poder para testificar, aunque no siempre se logra percibir el poder para testificar en el Espíritu Santo, pero lo debemos aceptar por fe. Ya quisiera Dios encontrar tanto afán de parte de su pueblo en obtener el poder para testificar, como lo tiene en disfrutar de una experiencia de éxtasis o de rapto emocional con el Espíritu Santo.


4. El Espíritu Santo glorifica a Jesucristo. Juan 16:13-14: “Pero cuando venga el Espíritu de verdad, él os guiará a toda la verdad; porque no hablará por su propia cuenta, sino que hablará todo lo que oyere, y os hará saber las cosas que habrán de venir. El me glorificará; porque tomará de lo mío, y os lo hará saber.” Es fundamental en referencia a la obra del Espíritu Santo, es que no se glorifica a sí mismo, sino que glorifica al Señor Jesús. En toda oportunidad en que alguien -que no sea el Señor Jesús- recibo merito o gloria alguna, podemos tener la más absoluta verdad que ello no es el resultado de la obra ni de la dirección del Espíritu Santo, porque su misión específica es glorificar a Jesús. En todos los casos el Espíritu Santo hará que el creyente sea más consciente de Jesús que de sí mismo.

Hagamos un resumen de lo que se debe esperar cuando somos llenos con el Espíritu Santo y es muy simple. Pues se trata de las 9 características del Espíritu, un corazón agradecido que canta, una actitud sumisa y el poder para testificar. Estas características a su vez glorificaran a Cristo. ¿Y qué de “sentir” algo o experimentar un “estado de éxtasis”? Nada nos dice la Biblia en cuanto a experimentar esas cosas cuanto a experimentar esas cosas cuando somos llenos del Espíritu Santo; por lo tanto, debemos esperar lo que la Biblia nos promete.

Este hombre espiritual es aquel que ha nacido de nuevo y crece saludable en relación con el Espíritu Santo, tiene oídos para oír a Dios, ojos para verle y corazón para entender. Ha alcanzado la madurez espiritual la cual es una cualidad o condición sumamente necesaria para el hombre y mujer de Dios y esto solo se consigue en un proceso continuo y gradual apegado al Señor. No tiene que ver con el tiempo cronológico, sino que la madurez viene de una entrega genuina a Dios, de manera que Cristo viva Su vida en nosotros.

Un nacido de nuevo no tiene que esforzarse para producir el fruto del Espíritu porque ya está en él. Cuando se anda en el Espíritu, las virtudes salen sin forzarlas. A medida que permitimos los procesos saludables de crecimiento en nuestra vida espiritual vamos perfeccionándonos para la obra y para agradar a Dios.

Así que vamos a caminar por estos 4 Carriles de la Vida en el Espíritu:

1. Leer la Biblia, que es la Palabra de Dios para conocerlo.
2. Orar, para hablar con Él y Él nos hable.
3. Congregarse, para participar en la reunión con los que, como nosotros han sido llamados.
4. Testificar, para hablar de lo que Él ha hecho y está haciendo en nuestras vidas.