Elementos de la Fe

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una mano extendida al cielo, en un atardecer

Definición Bíblica


El primer elemento que envuelve la Fe es el elemento Justicia, por cuanto dice que “Es Necesario”, que los que se acercan a Dios CREAN, que en el hay y que ES, galardonador de los que le buscan. Existe un nivel de fe que opera sin las cosas “necesarias”, esa no es la verdadera fe y esa fe no es la que se enseña en este lugar. La fe que se enseña aquí es la fe correcta y necesaria, la fe que es constantemente probada por fuego.

Hebreos 11:1 - “Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve”.

Hebreos 11:6 - “Pero sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios, crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan”.

1 Pedro 1:6-9 - “ En lo cual vosotros os alegráis, aunque ahora por un poco de tiempo, si es necesario, tengáis que ser afligidos en diversas pruebas, para que sometida a prueba vuestra fe, mucho más preciosa que el oro, el cual, aunque perecedero se prueba con fuego, sea hallada en alabanza, gloria y honra cuando sea manifestado Jesucristo, a quien amáis sin haberle visto, en quien, creyendo, aunque ahora no lo veáis, os alegráis con gozo inefable y glorioso; obteniendo el fin de vuestra fe, que es la salvación de vuestras almas”.

Aquí le añadimos a la fe el segundo elemento, El Elemento Gozo, un gozo que se mantiene aun en medio de la aflicción y las pruebas, una fe que recibirá alabanza, gloria y honra cuando sea manifestado nuestro Señor Jesucristo. La verdadera fe esta cimentada en un propósito, en una misión que nos es entregada cuando somos rescatados.

Somos salvos para ser libres, libres para servir y vivir para aquel que nos rescató, libres para obedecer, para adorar y para servir.

Para muchos la fe es solo la certeza para recibir algo, pues así lo define el Libro de Hebreos, pero la fe no solo es certeza para recibir sino convicción para creer y caminar. La Certeza de lo que se espera y la Convicción de lo que no se ve, nos lleva a la historia de Abraham.

Abraham tuvo la certeza de que recibiría la promesa, pero tuvo también la convicción de caminar sin desviarse, creyendo y viendo lo que aún no se veía, lo que aún no se manifestaba, porque el sabia quien los había llamado. Abraham creía en que, en Dios había propósito y que era galardonador de quienes lo buscan y lo obedecen. Abraham no había leído el Libro de Hebreos para saber esto, Abraham lo sabia porque es un elemento fundamental de la fe.

Hebreos 11:8 - “Por la fe Abraham, siendo llamado, obedeció para salir al lugar que había de recibir como herencia; y salió sin saber a dónde iba”.

Al Elemento Justicia y al Elemento Gozo, se le añade el tercer elemento, el Elemento de la Visión. Es por lo que la fe no puede ser ciega ¿Cuántos hemos escuchado a personas decir que hacer algo por fe es como dar un salto al vacío? tírate te dicen, pero la verdadera fe no incluye incertidumbre y temor paralizante, pues la verdadera fe se basa en certeza y convicción más allá de la emoción.

La fe es creer en lo imposible pues lo que es imposible para nosotros es posible para Dios, lo que es sobrenatural para nosotros, es normal y natural en el mundo espiritual. La fe es la llave para abrir esa puerta, cuando nuestra fe es la fe correcta, nos introduce en un nivel o una nueva dimensión, la dimensión espiritual, la dimensión del cielo, del propósito.

Muchos que viven por fe, viven distinto, porque viven según conceptos distintos, los conceptos únicos del Reino. Para las personas que no tienen fe esto es locura, porque se tienen que discernir espiritualmente. Es por esto que uno de los elementos de la Fe lo es la Visión.

Muchos se frustran cuando creen en algo y no sucede o no lo reciben, pues confunden compulsión con convicción. La fe es la llave correcta que abre la puerta correcta en el momento correcto.

Después del Capitulo 11 de Hebreos el próximo Libro que nos muestra lo que es la Verdadera Fe lo es el Libro de Santiago, leamos Santiago 2:14-26: y veamos El Cuarto Elemento de la Fe son las Obras, o como le llama Apocalipsis 19:8, Las acciones justas de los Santos.

un libro encima de una sabana blanca

El Testimonio de Filemón

La Verdadera Fe te lleva a caminar en amistad con Dios, la verdadera fe actúa, la verdadera fe perfecciona. Caminar en la verdadera fe nos lleva a caminar por el camino de la justificación.

Filemón 1:4-7: “Doy gracias a mi Dios, haciendo siempre memoria de ti en mis oraciones, porque oigo del amor y de la fe que tienes hacia el Señor Jesús, y para con todos los santos; para que la participación de tu fe sea eficaz en el conocimiento de todo el bien que está en vosotros por Cristo Jesús. Pues tenemos gran gozo y consolación en tu amor, porque por ti, oh hermano, han sido confortados los corazones de los santos”.

La Carta a Filemón es una sumamente corta pero poderosa, pues presenta la dinámica entre un hombre y su siervo. Muchos se preguntan como en la Biblia y aun mas el Nuevo Testamento presenta un caso de esclavitud como algo normal. Pero recordemos que la Palabra de Dios nos esta presentando situaciones naturales y culturales del primer siglo, para una enseñanza espiritual.

Pablo le habla a Filemón de la “efectividad de su fe” para el conocimiento de todo el bien que Dios ha puesto en nosotros en Cristo. O sea, que la fe abre una puerta para un conocimiento sobrenatural y para su efectiva aplicación. Este conocimiento ahora se tenia que manifestar en una nueva visión como lo hemos visto anteriormente, la visión de ver a un antiguo siervo como un hermano en la fe.

La Verdadera Fe te permite redefinir relaciones, ahora según los Estándares y los Propósitos del Reino. Aquel que por mucho tiempo había servido a Filemón, ahora era enviado de vuelta, a quien en el pasado había sido su dueño, la diferencia era que ahora lo hacía como un colaborador y hermano en la fe.

Pablo mismo le dice a Filemón en Filemón 1:10-12: “te ruego por mi hijo Onésimo, a quien engendré en mis prisiones, el cual en otro tiempo te fue inútil, pero ahora a ti y a mí nos es útil, el cual vuelvo a enviarte; tú, pues, recíbele como a mí mismo”.

Nosotros mismos dice la Biblia que éramos “esclavos del pecado”, nosotros todos éramos esclavos de aquello que servíamos, sea el pecado para condenación o a Cristo para salvación. Siendo ahora esclavos de Cristo para justicia, dejamos de ser esclavos del pecado para convertirnos en Colaboradores y Hermanos por la fe en Cristo, como Pablo le solicito a Filemón que hiciera con Onésimo.



Sobre la Autora
La Apóstol Limarie lleva 18 años sirviendo en distintos ministerios, entre ellos el pastorado, la educación Cristiana y el diseño de la mujer. Es esposa y madre de tres varones. Activamente está pastoreando, junto con su esposo el Apóstol Juan C. Vargas, la iglesia Casa de Adoración. Su libro más reciente es Yo Soy Quien Dios Dice Que Soy.

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