Entre el Arpa y la Espada

  • Compartelo:
un arpa

Estaremos observando varios puntos importantes a través de la historia relatada en 1 Samuel 16:1-13. Aunque usted lo más seguro la conoce, es posible que usted hoy pueda ver algunos puntos importantes, más claramente. Nuestro Dios es un Dios de cambios, de temporadas, de transformación y de cosas nuevas, cosas que, ante los ojos de muchos, no harán sentido y o no las entenderán, pero cosas y procesos necesarios para el cumplimiento de nuestro propósito.

Nuestra Humanidad

Lo primero que podemos notar en esta historia es que muchas veces nos ponemos a llorar echando de menos cosas que han quedado en el pasado, como le sucedió a Samuel.

Muchas veces queremos que las cosas continúen siendo de cierta forma, sin mucho cambio, pues el cambio siempre nos provocara ansiedad e incertidumbre. Aceptar lo nuevo, muchas veces nos traerá cierta inseguridad, pero cuando lo nuevo es ordenado por Dios, entonces lo nuevo se convierte en todo lo que necesitamos, para alcanzar en el propósito.

En el verso 2, vemos que nuestros temores aparecerán en ese momento para detener el propósito: “Y dijo Samuel: ¿Cómo iré? Si Saúl lo supiera, me mataría”. Lo primero que se manifestará será nuestro sentido de supervivencia y bienestar ante lo nuevo de Dios.

Tenemos que entender que muchas veces nuestras batallas no vienen para destruirnos a nosotros, sino para atrasar o detener nuestro propósito, es por eso, que no siempre será un ataque directamente a nosotros sino a nuestros procesos.

Un proceso que satanás logre detener en tu vida, es un propósito que satanás posiblemente lograra paralizar en tu vida.

A veces pensamos que Jehová levo a cabo la elección y ungimiento de David de manera incógnita, privada, pero la Biblia nos muestra que no solo Isaí y sus hijos fueron llamados a santificarse y presentar sacrificios, sino también los ancianos de Belén que salieron a recibir a Samuel.

Versos 4 y 5: “Hizo, pues, Samuel como le dijo Jehová; y luego que él llegó a Belén, los ancianos de la ciudad salieron a recibirle con miedo, y dijeron: ¿Es pacífica tu venida? Él respondió: Sí, vengo a ofrecer sacrificio a Jehová; santificaos, y venid conmigo al sacrificio. Y santificando él a Isaí y a sus hijos, los llamó al sacrificio”.

Es necesario que el llamado y el propósito haya testigos, para confirmar su cumplimiento o su incumplimiento, y nuestra obediencia o nuestra desobediencia.

Isaí le presentó a Samuel sus primeros tres candidatos, Eliab, Abinadab, Sama, y ninguno de ellos fueron aprobados por Dios, de esta forma hizo pasar Isaí delante de Samuel a sus 7 candidatos y ninguno de ellos fue aprobado por Dios. Nuestros candidatos y recomendaciones no le sirven al propósito ya establecido de Dios, sino solo sus llamados y sus escogidos, según dicho propósito.

¿Entonces que sucedió después? Que David fue mandado a llamar y fue escogido.

De esta forma, David fue ungido y desde aquel mismo momento fue lleno del Espíritu de Dios, y cumplido esto, Samuel regreso a Rama. Hasta aquí, la parte conocida de la historia, de aquí en adelante comenzó un tiempo nuevo en la vida de David que comenzó con el llamado, la elección, el ungimiento y la llenura con el Espíritu de Dios.

Esto sucedió, aunque David continuo en sus labores rutinarias y normales al cuidado del rebano de su padre, pero claro, ahora como parte de un proceso y de un propósito especifico.

¿Cuántos de ustedes habrán sido llamados y escogidos para cosas grandes, pero quieren dejar de seguir haciendo sus rutinas diarias y sus labores acostumbradas? Quizás algunos se preguntan ¿Cómo si Dios me escogió para algo grande, sigo haciendo lo mismo, en el mismo lugar, de la misma forma?

Un adorador, sabe convertir su rutina diaria en un campo de entrenamiento. No podemos anhelar luchar con la espada, sin aun saber usar la honda.
Un Guerrero Adorador, después de entender que ha sido llamado, aunque se quede haciendo lo mismo que siempre ha hecho, en el mismo lugar, ahora lo hace de una manera distinta, con una actitud distinta y con un propósito especifico.
una invitacion en blanco encima de un plato decoroso

La Invitación de parte de Dios

Ya Dios ha puesto el corazón de un guerrero en muchos de ustedes, pero ahora tendrán que desarrollar la paciencia de un guerrero, para desarrollar las destrezas del guerrero. Un Guerrero Adorador no se crea de la nada, se forma; no aparece de la noche a la mañana, es procesado y entrenado en la intimidad con Dios, antes de ser llevado al campo de batalla.

El verso 11 lee: “Y dijo Samuel a Isaí: Envía por él, porque no nos sentaremos a la mesa hasta que él venga aquí”.

Un adorador no depende de una invitación, porque Dios mismo lo manda a llamar, cuando llega el momento

David no fue invitado al sacrificio de Samuel, tampoco fue invitado a la guerra con Israel, con David nadie contaba, pero David fue mandado a llamar por Dios cuando estuvo listo. Entendamos que, al Guerrero Adorador, el hombre no le abre ni le cierra las puertas, el hombre no es quien lo invita o lo deja de invitar, es Dios mismo quien lo convoca, donde su presencia es requerida.

1 Samuel 17:28-30: “Y oyéndole hablar Eliab su hermano mayor con aquellos hombres, se encendió en ira contra David y dijo: ¿Para qué has descendido acá? ¿y a quién has dejado aquellas pocas ovejas en el desierto? Yo conozco tu soberbia y la malicia de tu corazón, que para ver la batalla has venido. David respondió: ¿Qué he hecho yo ahora? ¿No es esto mero hablar? Y apartándose de él hacia otros, preguntó de igual manera; y le dio el pueblo la misma respuesta de antes”.

Muchas veces el guerrero que llevamos dentro no es comprendido o reconocido por sus hermanos.

Su propio hermano lo ataco y cuestiono sus intenciones, Eliab juzgo a David y le dice que: “el conocía la maldad de su corazón y su soberbia”. ¿Qué cosa que mientras Dios veía en David a un joven conforme a su corazón, sus hermanos veían todo lo contrario? Su hermano no se daba cuenta que, cuando le cuestiono porque había dejado a aquellos pocas ovejas solas en el desierto, la razón era porque Jehová le estaba entregando un rebano mayor, a la nación completa.

Muchos que hasta se hacen llamar tus hermanos, no se darán cuenta, que son parte de tu nuevo rebano, ni querrán ser parte de el.

Lo hemos dicho antes, nos hemos encontrado con personas que nos han dicho: “Yo los quiero como amigos, pero no como pastores” eso es peligroso, porque reconocer la relación de amistad, pero rechazar la relación de autoridad, no tiene que ver con su visión acerca de nosotros, sino con su visión acerca de Dios.

Cuando la familiaridad mata la honra, cuando el hecho de ser familia o amigos o conocidos limita nuestra capacidad de reconocer a quienes Dios llama y escoge, entonces, lo que estamos rechazando no es al hombre sino al Dios mismo, esto le sucedió a los hermanos de David.

un hombre con sus manos levantadas

David, El Guerrero Adorador

El Guerrero Adorador, ve las amenazas de los gigantes como invitaciones a la adoración por medio de la obediencia. No podemos vivir bajo dos niveles de autoridad, o Dios tiene la total autoridad sobre nosotros, o el mundo la tiene. Cuando sabes bajo que autoridad te operas, el temor a enfrentar a los gigantes desaparece.

Los verdaderos adoradores no hacen silencio cuando los gigantes se levantan.

1 Samuel 17:45-47: “Entonces dijo David al filisteo: Tú vienes a mí con espada y lanza y jabalina; mas yo vengo a ti en el nombre de Jehová de los ejércitos, el Dios de los escuadrones de Israel, a quien tú has provocado. Jehová te entregará hoy en mi mano, y yo te venceré, y te cortaré la cabeza, y daré hoy los cuerpos de los filisteos a las aves del cielo y a las bestias de la tierra; y toda la tierra sabrá que hay Dios en Israel. Y sabrá toda esta congregación que Jehová no salva con espada y con lanza; porque de Jehová es la batalla, y él os entregará en nuestras manos”.

¿Usted quiere reconocer a un verdadero adorador? Préstele atención a como se expresa en medio de la batalla, que habla, que dice. Un Guerrero Adorador, sabe cuando es momento de usar el Arpa, cuando usar la Honda y cuando usar la Espada.

David no le toco el Arpa a Goliat, ni uso la espada contra los demonios que atormentaban a Saul. Un Guerrero Adorador sabe cuando usar el Arpa y sabe cuando usar la Espada. Conoce bien sus armas y sabe operar, en cada escenario, de manera efectiva.

Un guerrero adorador no improvisa, conoce las atmosferas, los ambientes, las necesidades y se posiciona al frente de la línea de batalla, para enfrentar a quienes desafían y atemorizan al pueblo de Dios. Un Guerrero Adorador podrá entrenar en privado, pero siempre glorificará a Dios en público.

Un Guerrero Adorador nunca se viste con las ropas de otro, nunca aparenta ser alguien que no es, ni utiliza las armas de otro para el pelear sus propias batallas.

Iglesia de Jesucristo, te pregunto, ¿cómo has estado luchando?

Quizás has estado usando el Arpa, cuando deberías estar luchando con la Espada.

Quizás has estado luchando con la Espada, cuando deberías estar usando el Arpa.

O quizás has estado luchando con la Espada y usando el Arpa, cuando deberías estar entrenando con la Honda.

Iglesia, Dios nos está llamando a representarle en el Campo de Batalla y cuando llegue el momento, NO debemos preguntarnos ¿cómo lo hare? sino de preguntarle a Él, ¿cómo tu lo harás?


Sobre el Autor
El Apóstol Vargas es fundador de varios ministerios, donde la educación cristiana es uno de ellos. El es Coach Cristiano, Capellán, y un Maestro de la palabra de Dios. Su libro publicado más reciente es Mentoría Generacional.