Hablemos de Salvación

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un espejo

Hebreos 2:1-4: “Por tanto, es necesario que con más diligencia atendamos a las cosas que hemos oído, no sea que nos deslicemos. Porque si la palabra dicha por medio de los ángeles fue firme, y toda transgresión y desobediencia recibió justa retribución, ¿cómo escaparemos nosotros, si descuidamos una salvación tan grande? La cual, habiendo sido anunciada primeramente por el Señor, nos fue confirmada por los que oyeron, testificando Dios juntamente con ellos, con señales y prodigios y diversos milagros y repartimientos del Espíritu Santo según su voluntad”.

Por Medio del Hijo

Fíjese que el texto comienza con la advertencia, “no sea que nos deslicemos”. Un desliz no es una caída, pero un desliz puede ser el comienzo de una caída. ¿Porque es esta advertencia tan importante? Porque ahora no son los ángeles ni los profetas quienes nos advierten, sino Dios mismo a través de su Hijo.

Ignorar las advertencias, las oportunidades y los llamados en este tiempo y en esta dispensación, es un rechazo directo a la invitación divina a acercarnos a él. El verso 4 dice: “Testificando Dios juntamente con ellos, con señales y prodigios y diversos milagros y repartimientos del Espíritu Santo según su voluntad”.

Testificando Dios ahora juntamente con todos ellos, los que escucharon y respondieron al llamado, por eso Hebreos 1:1-2 dice claramente:

“Dios, habiendo hablado muchas veces y de muchas maneras en otro tiempo a los padres por los profetas, en estos postreros días nos ha hablado por el Hijo, a quien constituyó heredero de todo, y por quien asimismo hizo el universo; el cual, siendo el resplandor de su gloria, y la imagen misma de su sustancia, y quien sustenta todas las cosas con la palabra de su poder, habiendo efectuado la purificación de nuestros pecados por medio de sí mismo, se sentó a la diestra de la Majestad en las alturas”.

Tenemos que medir las palabras en base a quien las dice, en base a su credibilidad y su capacidad de cumplir con sus promesas.

Si es verdaderamente Dios quien habla, entonces nuestro rechazo, negligencia e indiferencia a lo que él dice, nos pueden costar, no solo la eternidad, sino todas las bendiciones que nos son añadidas al creer.

¿Y cómo sabemos si es el quien lo dice? Porque su Palabra lo confirma.

Hablar con autoridad, no es hablar duro ni gritar, es hablar con fundamento bíblico.

Salomón nos enseñó la importancia de la sabiduría en dos dimensiones, la del Libro de Proverbios y la del Libro de Eclesiastés, la sabiduría que exhorta y la sabiduría que confronta.

Eclesiastés 9:17 | Eclesiastés 10:12 | Eclesiastés 12:11

Hebreos 2.8: “Porque en cuanto le sujetó todas las cosas, nada dejó, que no sea sujeto a él; pero todavía, no vemos que todas las cosas le sean sujetas”.

¿Porque aun no vemos que todas las cosas le sean sujetas? Porque todavía no han sido todas las cosas manifiestas, pero cuando todas las cosas sean manifiestas, entonces conoceremos literalmente el poder de su soberanía y elección.

Es mejor reconocer cuan pequeños e insignificantes somos en este momento y volvernos a Dios en su misericordia, que no volvernos a el y averiguar cuan pequeños e insignificantes somos, en la manifestación de su juicio.

4 jovenes mirando hacia la alturas

Contexto y Fundamento

Dios continúa mostrándonos que donde quiera que se habla de la bendición de los gentiles, se hablara también de la restauración de Israel.

Juan 4:20-26 nos da mas detalles acerca del contexto de nuestra salvación y el fundamento de esta, en Cristo.

Dos palabras clave, Contexto y Fundamento, no podemos confundir estos términos, pues el Fundamento de nuestra salvación no se encuentra en el Viejo Pacto, se encuentra en el Nuevo, pero el Contexto de nuestra salvación no se encuentre en el Nuevo Pacto, sino en el Antiguo.

El Nuevo Pacto dice que los adoradores, adoren en espíritu, y la única manera de adorar en espíritu, es adorando en el Espíritu Santo. En el Antiguo Testamento, el ejemplo por excelencia lo era el Rey David, quien adoraba con su espíritu, porque era tomado por el Espíritu.

David era y es el modelo mesiánico por excelencia, de lo que era y seria tener una relación espiritual saludable con Dios, de ser agradable a Dios, desde la perspectiva de la perfección del corazón. Porque si fue algo que el alcanzo en dicha dispensación, debería ser algo que más fácilmente deberíamos alcanzar nosotros en la nuestra, y por eso, que no tenemos excusas.

Volvamos al texto, Hebreos 2:10: "Porque convenía a aquel por cuya causa son todas las cosas, y por quien todas las cosas subsisten, que, habiendo de llevar muchos hijos a la gloria, perfeccionase por medio de las aflicciones, al autor de la salvación de ellos”.

Jesús fue perfeccionado por medio de las aflicciones, David fue perfeccionado por medio de las aflicciones, nosotros queremos ser perfeccionados por medio de las bendiciones, sin las aflicciones.

Los que predican salvación por medio de la bendición y no por medio de la humillación, no te están ofreciendo ni la verdadera salvación, ni la verdadera bendición.

muchas veces comparto cosas simples y sencillas en las redes, para darme cuenta de que mucha gente no las entiende. ¿Pero sabe cual es mi mayor sorpresa?

Que los que realmente, no las entienden, son aquellos que profesa ser sabios e inteligentes. Es ahí donde entiendo mejor las palabras Mateo 11:25: “En aquel tiempo, respondiendo Jesús, dijo: Te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque escondiste estas cosas de los sabios y de los entendidos, y las revelaste a los niños”.

¿Quién es el que santifica? Jesús, ¿y quiénes son los santificados? Nosotros, El Señor mismo no se avergüenza de llamarnos hermanos, diciendo, “Anunciare a mis hermanos tu nombre y en medio de la congregación, te alabare”. Dos cosas que distinguen a los hijos de Dios, aquellos quienes han sido alcanzados por la salvación, son: primero: Su espíritu por anunciar la palabra y segundo: Su espíritu en adorar a Dios, ¡¡¡En Medio de la Congregación!!!

Todos estos son los frutos de aquellos que han tenido la experiencia de la salvación y viven con la convicción de su salvación, para una verdadera, bendición y futura glorificación.


Sobre el Autor
El Apóstol Vargas es fundador de varios ministerios, donde la educación cristiana es uno de ellos. El es Coach Cristiano, Capellán, y un Maestro de la palabra de Dios. Su libro publicado más reciente es Mentoría Generacional.