Lea Números 32:6-23
La Brecha Generacional
Moisés tuvo esta conversación con los príncipes de los Hijos de Gad y los de Rubén con respecto de la conquista. Moisés les advirtió que no desanimaran a sus hermanos como había sucedido en Cades-Barnea, donde los príncipes de Israel entregaron un informe desalentador cuando fueron enviados los espías a Canaán.
Estas tribus fueron tribus muy interesantes, pues fueron tribus que no produjeron mucho, especialmente la de Rubén, quien, aunque fue el primogénito de Jacob, nunca produjo un rey, un profeta o un juez, y esto da mucho que pensar.
El castigo por este acto de desalentar a sus hermanos fue que Jehová juro que ninguno de esa generación pasaría a la Tierra Prometida, y que los haría pasar 40 años divagando en el desierto, procesando y preparando a la nueva generación que si entraría y conquistaría, o sea, los de 20 años hacia arriba.
Vemos aquí lo que se conoce como la Brecha Generacional. Esta brecha separa una generación de la otra, debido a sus perspectivas, o sea, a la forma en cómo ve las cosas, como las definen, como las asimilan y como las aplican.
¿Qué significa esto? Que cuando Dios nos pone una misión por delante, no importa cuán difícil parezca, confiemos en el para completarla.
Hebreos 10:38-39 lee: “Mas el justo vivirá por fe; Y si retrocediere, no agradará a mi alma, pero nosotros no somos de los que retroceden para perdición, sino de los que tienen fe para preservación del alma”.
Retroceder, no es una opción.
Tu convicción de quien es Dios en tu vida y qué lugar ocupa en tu vida, define quién eres, que haces, que recibes y hasta donde llegas en la vida. No es lo que decimos que hacemos, es lo que realmente hacemos, lo que nos define, porque de otra forma, nuestra fe sin acción estaría muerta.
La Generación de Josué es una Generación de Acción
Diferentes tipos de Generaciones
Existen Generaciones de Acción, estas generaciones se convierten en Generaciones de Conquista, Generaciones de Relevo, Generaciones de Legado, todas estas generaciones nos adelantan a nuestras promesas y bendiciones.
Las Tribus de Gad y Rubén fueron Generaciones de Conquista, pero no fueron Generaciones de Relevo ni de Legado, pues no heredaron donde tenían que heredar, junto con sus hermanos, donde Dios los quería, sino que ellos se construyeron su propia bendición, al otro lado, pues no quisieron pasar a la Tierra de la Promesa y el Descanso.
También existen Generaciones de Retraso (Generación de Aaron y María), las cuales tienen que ser llevadas al desierto para ser probadas y procesadas. Fíjese que, aunque Aaron y María murmuraron contra Moisés, solo María quedo leprosa, no tenemos detalles específicos acerca de esta situación, pero a mi parecer, y en mi opinión: “María recibió el castigo, porque fue posiblemente fue María, la que inicio el rumor”.
Las Generaciones de Conquista, Relevo, Retraso y Legado, son parte del proceso, aunque no siempre son parte del resultado final. Están puestas para abrir la puerta, pero no para entrar por ellas, están puestas para luchar con nosotros, pero para heredar con nosotros. Esa es la diferencia entre la Generación de Moisés, Aaron y María, y la Generación de Josué.
La Generación de Josué desconocen la esclavitud de la religión, pero conocen la libertad de la relación, no todo es malo en las nuevas generaciones, depende de a que sean expuestos y como sean entrenados. Nosotros somos una generación de la transición, la generación que ha hecho el cambio y los ajustes necesarios para que las nuevas generaciones tengan una nueva perspectiva, bajo una nueva plataforma y podamos heredar junto con ellos.
Este asunto generacional no tiene que ver con edad, nos podemos ver tentados a juzgar, pero este asunto generacional, tiene que ver más con revelación y convicción que con edad.
La Generaciónes que debes de querer ser
Debes de ahnelar ser de la Generación de Josué, la Generación de Conquista, la Generación con Visión, y la Generación de los Perfectos. La generación que ve como Dios quiere que veamos, que se mueve por fe y que conquista la promesa.
Números 32:11-12: “No verán los varones que subieron de Egipto de veinte años arriba, la tierra que prometí con juramento a Abraham, Isaac y Jacob, por cuanto no fueron perfectos en pos de mí; 12 excepto Caleb hijo de Jefone cenezeo, y Josué hijo de Nun, que fueron perfectos en pos de Jehová”.
Aquí la situación se pone interesante, porque los únicos que tuvieron acceso a la Tierra Prometida, de esa generación fueron Josué y Caleb, los espías que tuvieron visión y animaron al pueblo a conquistar lo que Jehová les había prometido. La diferencia entre Josué y Caleb y los demás fue que vieron la Visión desde la Perfección.
Nunca podrás conquistar, lo que no puedes ver
Dios le da la oportunidad a cada generación, pero también le advierte a cada generación que, si se alejan de él y lo dejan, el destruirá a todo el pueblo. La destrucción de Jehová se puede manifestar no en un acto de ira, sino en un acto de alejamiento.
Si Jehová se aleja de nosotros, entonces nuestros enemigos señorearan sobre nosotros, tendremos necesidad y plagas y enfermedades. Siempre estar cerca de Dios y Dios cerca de nosotros, será nuestra mayor bendición.
En este punto les tengo que preguntar, ¿a qué generación pertenecemos? ¿a qué generación usted pertenece? ¿A la de Moisés, la de Transición sin visión? ¿a la de Aaron y María, la del Retraso? O ¿a la de Gad y Rubén, la de la Conquista sin herencia? ¿O la de Josué, la del Legado y el Descanso?
Muchos hoy prefieren lo mismo, vivir los suficientemente cerca de la promesa, pero sin las responsabilidades de vivir en ella, disfrutando parcialmente, de la bendición de Dios. Son personas que están dispuestas hasta a luchar junto a nosotros, pero no quieren vivir cerca de nosotros, ¿saben por qué? Porque vivir en la promesa requiere perfección.