Visión desde la Perfección

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unos espejuelos donde la imágen se encofca en los lentes

Castigo de Desalentar


En Números 32:6-26 Moisés tuvo una conversación con los príncipes de los Hijos de Gad y los de Rubén con respecto de la conquista. Moisés les advirtió que no desanimaran a sus hermanos como había sucedido en Cades-Barnea, donde los príncipes de Israel entregaron un informe desalentador cuando fueron enviados los espías a Canaán.

Estas tribus fueron tribus muy interesantes, pues fueron tribus que no produjeron mucho, especialmente la de Rubén, quien, aunque fue el primogénito de Jacob, nunca produjo un rey, un profeta o un juez, y esto da mucho que pensar.

El castigo por este acto de desalentar a sus hermanos fue que Jehová juro que ninguno de esa generación pasaría a la Tierra Prometida, y que los haría pasar 40 años divagando en el desierto, procesando y preparando a la nueva generación que si entraría y conquistaría, o sea, los de 20 años hacia arriba.

Vemos aquí lo que se conoce como la Brecha Generacional. Esta brecha separa una generación de la otra, debido a sus perspectivas, o sea, a la forma en cómo ve las cosas, como las definen, como las asimilan y como las aplican.

¿Qué significa esto? Que cuando Dios nos pone una misión por delante, no importa cuán difícil parezca, confiemos en el para completarla.

Hebreos 10:38-39 lee:“Mas el justo vivirá por fe; Y si retrocediere, no agradará a mi alma, pero nosotros no somos de los que retroceden para perdición, sino de los que tienen fe para preservación del alma”.

Nuestras convicciones se vuelven nuestras decisiones y nuestras decisiones se vuelven nuestra condición

Tu convicción de quien es Dios en tu vida y qué lugar ocupa en tu vida, define quién eres, que haces, que recibes y hasta donde llegas en la vida. No es lo que decimos que hacemos, es lo que realmente hacemos, lo que nos define, porque de otra forma, nuestra fe sin acción estaría muerta.

Tome nota de esto: “La Generación de Josué es una Generación de Acción”

Existen Generaciones de Acción, estas generaciones se convierten en Generaciones de Conquista, Generaciones de Relevo, Generaciones de Legado, todas estas generaciones nos adelantan a nuestras promesas y bendiciones.

Escuche bien, las Tribus de Gad y Rubén fueron Generaciones de Conquista, pero no fueron Generaciones de Relevo ni de Legado, pues no heredaron donde tenían que heredar, junto con sus hermanos, donde Dios los quería, sino que ellos se construyeron su propia bendición, al otro lado, pues no quisieron pasar a la Tierra de la Promesa y el Descanso.

También existen Generaciones de Retraso (Generación de Aaron y María), las cuales tienen que ser llevadas al desierto para ser probadas y procesadas. Fíjese que, aunque Aaron y María murmuraron contra Moisés, solo María quedo leprosa, no tenemos detalles específicos acerca de esta situación, pero a mi parecer, y en mi opinión: “María recibió el castigo, porque fue posiblemente fue María, la que inicio el rumor”.

un hombre con una chaqueta y un jóven caminando en la cera

Las Diferentes Generaciones

Las Generaciones de Conquista, Relevo, Retraso y Legado, son parte del proceso, aunque no siempre son parte del resultado final. Están puestas para abrir la puerta, pero no para entrar por ellas, están puestas para luchar con nosotros, pero para heredar con nosotros. Esa es la diferencia entre la Generación de Moisés, Aaron y María, y la Generación de Josué.

La Generación de Josué desconocen la esclavitud de la religión, pero conocen la libertad de la relación, no todo es malo en las nuevas generaciones, depende de a que sean expuestos y como sean entrenados. Nosotros somos una generación de la transición, la generación que ha hecho el cambio y los ajustes necesarios para que las nuevas generaciones tengan una nueva perspectiva, bajo una nueva plataforma y podamos heredar junto con ellos.

En este lugar, pertenecemos a la Generación de Josué, a la Generación de Conquista, a la Generación con Visión, a la Generación de los Perfectos. La generación que ve como Dios quiere que veamos, que se mueve por fe y que conquista la promesa.

En Números 32:11-12 la situación se pone interesante, porque los únicos que tuvieron acceso a la Tierra Prometida, de esa generación fueron Josué y Caleb, los espías que tuvieron visión y animaron al pueblo a conquistar lo que Jehová les había prometido. La diferencia entre Josué y Caleb y los demás fue que vieron la Visión desde la Perfección.

Nunca podrás conquistar, lo que no puedes ver.

Pero hay otra advertencia para esta generación Números 32:14-15. Dios le da la oportunidad a cada generación, pero también le advierte a cada generación que, si se alejan de él y lo dejan, el destruirá a todo el pueblo. La destrucción de Jehová se puede manifestar no en un acto de ira, sino en un acto de alejamiento. Si Jehová se aleja de nosotros, entonces nuestros enemigos señorearan sobre nosotros, tendremos necesidad y plagas y enfermedades. Siempre estar cerca de Dios y Dios cerca de nosotros, será nuestra mayor bendición.

Estar solos y lejos de Jehová es un acto de destrucción lenta, es como si nos quitaran la comida y el agua y nos dejaran a la intemperie. Esa no es la voluntad de Jehová, sino que él sea nuestro Dios, él sea nuestro Estandarte, Jehová Nissi, él sea nuestra Paz, Jehová Shalom, él sea nuestro sanador, Jehová Rafa, él sea nuestra provisión, Jehová Jireh, él sea el Dios soberano y único, el Shaddai. Conocer a Jehová es experimentar cada una de sus virtudes y su compañía diariamente. El pueblo que salió de la esclavitud tuvo a Jehová por esos 40 años, pero nunca lo aprecio ni lo agradeció.

No se trata de por cuanto tiempo hemos conocido a Dios sino, cuanto tiempo hemos caminado con él.

Esa es la única forma de entrar correctamente en la Tierra Prometida, esas fueron las manifestaciones que todo el pueblo vio y experimento por 40 años en el desierto, pero, aun así, no alcanzaron la convicción, ni la relación, ni la revelación, ni la perfección para entrar en la visión.

En este punto les tengo que preguntar, ¿a qué generación pertenecemos? ¿a qué generación usted pertenece? ¿A la de Moisés, la de Transición sin visión? ¿a la de Aaron y María, la del Retraso? O ¿a la de Gad y Rubén, la de la Conquista sin herencia? ¿O la de Josué, la del Legado y el Descanso?

Los hijos de Gad y Rubén, aunque pertenecían al pueblo, preferían mejor vivir de la abundancia que ellos mismos habían construido, que la abundancia que Jehová les proveía. Ellos preferían vivir independientemente con sus familias, cerca de sus hermanos, pero no con ellos. Ellos disfrutaban de estar cerca de la promesa, no dentro de ella.

Muchos hoy prefieren lo mismo, vivir los suficientemente cerca de la promesa, pero sin las responsabilidades de vivir en ella, disfrutando parcialmente, de la bendición de Dios. Son personas que están dispuestas hasta a luchar junto a nosotros, pero no quieren vivir cerca de nosotros, ¿saben por qué? Porque vivir en la promesa requiere perfección.

Esto también trae una situación, cuidado con las excepciones, porque cuando se les permite algo a algunos, otros se añadirán y querrán vivir de la misma manera, Números 32:33 lee: “Así Moisés dio a los hijos de Gad, a los hijos de Rubén, y a la media tribu de Manasés hijo de José, el reino de Sehón rey amorreo y el reino de Og rey de Basán, la tierra con sus ciudades y sus territorios, las ciudades del país alrededor”.

En ningún momento, anteriormente, se había mencionado a la Media Tribu de Manases, hasta este momento cuando se unió a Gad y Rubén para regresar al otro lado del Jordán. Esto nos ensena que: “Vivir en la Tierra Prometida, nos requerirá a todos el mismo nivel de compromiso y visión, para alcanzar la bendición, en perfección”.



Sobre el Autor
El Apóstol Vargas es fundador de varios ministerios, donde la educación cristiana es uno de ellos. El es Coach Cristiano, Capellán, y un Maestro de la palabra de Dios. Su libro publicado más reciente es Mentoría Generacional.