¿Buscadores de premios o buscadores de presencia?

Vemos aquí que entre los que fueron nombrados diáconos, también se encontraba Esteban. Este texto ya lo habíamos leído cuando hablamos de Nicolás de Antioquía y de la secta de los Nicolaítas. Nicolás fue el último en ser mencionado en la elección de los diáconos, pero Esteban fue el primero.

Como mencioné antes, aun el orden en que se nombran las cosas en la Palabra no es casual; cada jota y cada tilde, en el lugar en que están puestos, fueron inspiración divina.

Los únicos con una descripción de quiénes o cómo eran estos diáconos fueron Esteban y Nicolás; uno era un varón lleno de fe y del Espíritu Santo, el otro era un prosélito (seguidor) de Antioquía. Los hijos se pueden dividir en estas dos categorías: “Los llenos del Espíritu Santo, o los seguidores”, esto lo que enfatiza el texto; o somos una cosa, o somos la otra.

Hechos 6:8-10 continúa con la historia de Esteban, leámos:

Y Esteban, lleno de gracia y de poder, hacía grandes prodigios y señales entre el pueblo. Entonces se levantaron unos de la sinagoga llamada de los libertos, y de los de Cirene, de Alejandría, de Cilicia y de Asia, disputando con Esteban. Pero no podían resistir a la sabiduría y al Espíritu con que hablaba.

Me llama mucho la intención, quienes se levantaron en contra de Esteban. Dice la Palabra que Esteban hacía grandes prodigios y señales delante del pueblo, algo que le requerían a Jesús, pero rechazaron en Esteban, aquí vemos la contradicción religiosa.

Aquí se menciona primeramente a la Sinagoga de los Libertos dentro del grupo de opositores de Esteban, esto también se puede relacionar con Apocalipsis 2:8 donde dice que “has probado a los que dicen ser judíos y no lo son”.

El término “liberto” se refiere a alguien que ha sido esclavo y se le ha otorgado la libertad. Se cree que estos judíos a los que se les llamó “libertos” y construyeron una sinagoga, habían sido esclavos o descendientes de esclavos del Emperador Pompeyo, 50 años antes de Jesús.

Estos al ser libertados, abrieron una sinagoga únicamente para ellos con muchas características del imperio romano. Al mencionarse juntamente con los de Cirene, Alejandría, Cilicia y Asia, podemos ver como eran sectas totalmente distintas y separadas entre sí, pero unidas por un enemigo en común, Esteban.

A estas sectas yo las comparo con las “Denominaciones Religiosas”, aquellas que prefieren cien veces seguir su tradición que recibir la revelación.

Uno de los efectos que provocan los Hijos de Dios es que causan pánico entre los religiosos, porque los religiosos son Enemigos del Verdadero Avivamiento y de la Manifestación de los Hijos de Dios.

El hecho de que se establece que Esteban era un hombre lleno del Espíritu Santo y que hacía milagros y prodigios, nos muestra las causas específicas para que estas sectas odiaran a Esteban; y entre todas ellas, se encontraba también Saulo de Tarso como un líder importante sobre todos estos grupos.

Por eso dice el verso 10: “Pero no podían resistir a la sabiduría y al Espíritu con que Esteban hablaba”.

Lo estricto de la ley

Versos Hechos 8:11-14

“Entonces sobornaron a unos para que dijesen que le habían oído hablar palabras blasfemas contra Moisés y contra Dios. Y soliviantaron (amotinaron) al pueblo, a los ancianos y a los escribas; y arremetiendo, le arrebataron, y le trajeron al concilio.

Y pusieron testigos falsos que decían: Este hombre no cesa de hablar palabras blasfemas contra este lugar santo y contra la ley; (mintieron) pues le hemos oído decir que ese Jesús de Nazaret destruirá este lugar, y cambiará las costumbres que nos dio Moisés”.

Estos y todos los seguidores religiosos son muy estrictos cumpliendo la ley; pero muy condescendientes sobornando, calumniando, amotinando y mintiendo.

Por eso Jesús les dijo en Mateo 23:23-24 Jesús mismo les dice:

“¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas! porque diezmáis la menta y el eneldo y el comino, y dejáis lo más importante de la ley: la justicia, la misericordia y la fe. Esto era necesario hacer, sin dejar de hacer aquello. ¡Guías ciegos, que coláis el mosquito, y tragáis el camello!”

El religioso es injusto en su naturaleza, poco o nada espiritual.

Por eso se diferencian tanto de los Hijos de Dios, porque los hijos de Dios son justificados por la fe, mientras que los religiosos se auto justifican en sus obras. Un religioso quiere llegar al cielo sin aceptar el sacrificio de Cristo; quiere llegar al cielo a través de una Falsa Apariencia de Obediencia.

Esto era lo que describía a Saulo de Tarso, un falso celo por Dios, una falsa obediencia a Dios, y una falsa vida espiritual lejos de Dios. Por eso Jesús mismo lo confronta en su encuentro hacia Damasco, como dice en Hechos 9:3-4:

“Mas yendo por el camino, aconteció que, al llegar cerca de Damasco, repentinamente le rodeó un resplandor de luz del cielo; y cayendo en tierra, oyó una voz que le decía: Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues?”.

Cuando un religioso persigue a un hijo, no persigue a un hijo de Dios, persigue a Cristo mismo; porque lo que le hacéis a uno de estos pequeñitos, a él mismo se lo hacéis. (Mateo 10:42; Mateo 25:35-40)

La Falsa Apariencia de Obediencia te puede llevar a la persecución contra los hijos de Dios. Las palabras de Esteban eran como taladros a los oídos de estas sectas religiosas. (Hechos 7:51-60)

Los religiosos buscan premios, pero los hijos buscan presencia. Aun en medio del linchamiento público, el cielo se puede abrir a tu favor.

La Manifestación de los hijos será en gloria, pero esa gloria no siempre es atractiva. Siempre habrán “libertos”, o sea, falsos hermanos que sirven a Dios en apariencia, mientras mantienen su fidelidad a Roma, al imperio y al sistema religioso.

Estos son los falsos hermanos, los falsos judíos, a los falsos apóstoles, a los que tenemos que probar. Un Hijo de Dios no tiene temor de su manifestación, porque su manifestación será para gloria; pero un religioso sí teme la manifestación, porque su manifestación será para vergüenza.

Las Manifestaciones de los Hijos

Esteban en su discurso, habló de esta manifestación desde los tiempos de Moisés, Josué, David y Salomón. (Hechos 7:44-50)

Si notamos, el traspaso del Arca del Testimonio fue algo generacional. Fue algo más allá de la tradición religiosa individual, pues cada uno proveyó de algo distinto para el Servicio del Tabernáculo.

Moisés recibió el diseño, Josué lo traslado a los gentiles, David lo perfeccionó con la adoración y Salomón lo consolidó con el Templo.

Lo que Esteban le estaba diciendo a los líderes religiosos era que sus esfuerzos humanos no eran suficientes para agradar a Dios. Ni el Templo ni la Sinagoga eran importantes en sí mismos si Dios no estaba presente.

Al religioso le molestará que los hijos demuestren el diseño más allá de las paredes del templo, a los religiosos les molestará que tu vida sea un verdadero reflejo de la manifestación de Dios sin la liturgia de ellos, sin los ritos y sin la hipocresía y la falta de amor de ellos.

Como le sucedió a Esteban, lo que la religión no puede controlar, lo mata

Pero mira como los hijos son manifestados delante de los hombres, Hechos 7:59:

“Y apedreaban a Esteban, mientras él invocaba y decía: Señor Jesús, recibe mi espíritu. Y puesto de rodillas, clamó a gran voz: Señor, no les tomes en cuenta este pecado. Y habiendo dicho esto, durmió”.

Cuando los Hijos de Dios se manifiestan, aun en su persecución hay revelación, continúan manifestando lo que son hasta el ultimo suspiro de sus vidas.

Es su esencia, es lo que cargan, es su naturaleza, ningún religioso tiene la capacidad de manifestar algo distinto a lo que a cargado en toda su vida, si nunca llegaron a ser hijos, no serán manifestados ni morirán en gloria, ni alcanzaran el descanso eterno como Esteban quien “durmió”.

Los hijos reproducen hijos, discípulos y testigos. Los religiosos reproducen religiosos, prosélitos y seguidores. Mateo 23:13-15 lee:

“Mas ¡ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas! porque cerráis el reino de los cielos delante de los hombres; pues ni entráis vosotros, ni dejáis entrar a los que están entrando.

¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas! porque devoráis las casas de las viudas, y como pretexto hacéis largas oraciones; por esto recibiréis mayor condenación. ¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas! porque recorréis mar y tierra para hacer un prosélito, y una vez hecho, le hacéis dos veces más hijo del infierno que vosotros”.

El descanso, la manifestación, la salvación, y la gloria están reservadas para los hijos; pero sin la relación de hijos, no recibiremos la recompensa de hijos.

Repite lo siguiente, “Iglesia, somos una casa de hijos, y como hijos, a su tiempo seremos manifestados.""

¿Cuántos son Hijos de Dios? Pues le tengo una noticia, nuestra manifestación está cerca.